Las nuevas tecnologías de la comunicación e información han hecho que la sociedad evolucione, brindando innovación en todos los campos del conocimiento y más conexión entre las personas. Esto se da gracias a que brindan inmediatez y agilidad por su capacidad de difusión, que es casi universal, y que permite a las organizaciones tener una visión más amplia. Por esta razón, se ha cambiado el modelo tradicional de los canales de información, para dar paso a la comunicación a través de las redes sociales y otras herramientas colaborativas que permiten el feedback de manera más ágil y sincrónica.
En la actualidad, no sólo los computadores, sino otros tantos dispositivos digitales, sirven como mediadores de la comunicación en la interacción humana. Este aspecto es central en las aplicaciones colaborativas, definidas por Peter Gloor en su libro Swarm Creativity: competitive advantage through collaborative networks, quien plantea la idea de ‘ciber-equipo’ de personas automotivadas, con una visión colectiva, habilitados por la web, para colaborar en la consecución de un objetivo común, a través de los intercambios de ideas, información y trabajo.
Esta colaboración se puede lograr, gracias a los cuatro usos de los dispositivos digitales: una parte social, otra computacional (caracterizada por realizar cálculos o el procesamiento de datos), el control (utilizado para poder mantener la homeostasis en los sistemas complejos) y finalmente la ofimática y otras aplicaciones. Estas permiten ayudar a las actividades cotidianas que generan aportes a los negocios, las oficinas, los hogares, los estudios, las investigaciones, el entretenimiento, entre otros.
La ayuda que brinda esta nueva idea de trabajo facilita la transparencia interna dentro de las organizaciones, debido al fomento de una comunicación directa, que evita la jerarquización. En otras palabras, todos los miembros del equipo colaboran y comparten las ideas y el conocimiento en conjunto, lo que fomenta la innovación a través de la creatividad masiva de la colaboración, enmarcadas en un estricto código ético y de comunicación en contacto directo con las redes. Lo anterior describe las comunicaciones colaborativas, conocidas como Collaborative Innovation Networks (COINs).
Ahora existen herramientas de mayor confianza integradas a las nuevas tecnologías, que facilitan la implementación de las redes colaborativas y generan beneficios para que las organizaciones sean más innovadoras, colaborativas y seguras. Además, se alcanza mayor agilidad en los procesos, se descubren nuevas oportunidades de negocios en crecimiento y se reducen los costos y tiempos de comercialización. Todo un desafío que se debe emprender para apalancar esta forma de trabajo en la cultura de las organizaciones.
Autor: Diana Rincón